Coincido en skype, ese maravilloso invento gratis, como wordpress o wasap, con Carlos Carrera, compañero de fatigas y amigo, al que dejo enganchado a intenet cuando me acuesto, pasadas las 12:30 de la noche, y al que encuentro enganchado cuando me levanto, a eso de las 6:45.
Carlos es uno de los 3 promotores, junto con Marina Escalona y Jaime Buhigas, de «aprendemos todos», un movimiento social por una nueva educación en España.
Aparte de saludar, tengo una intención clara, y se la voy a contar.
Estas últimas semanas he estado moviendo una presentación relacionada con dos movimientos contrapuestos y complementarios, que he titulado «los fuegos artificiales y el tran tran del tren», dos movimientos que tienen por objeto mover la energía en una organización, de forma puntual (los fuegos artificiales) y con un enfoque de continuidad (el tran tran del tren). Estos 2 movimientos me han hecho pensar y me han movido finalmente a mí mismo.
Contacto con Carlos para animarle a «animar» y «movilizar» la tribu de aprendemos todos. Aquí, aparece una casualidad, siempre hay una casualidad en el camino, en forma de libro que estoy ojeando, «por qué necesitas un coach», de Juan Carlos Cubeiro, un libro que he intercambiado con Silvia. En el capítulo 7, ¿quiénes te apoyan?, Cubeiro cita a Seth Godín, experto en marketing, autor de la vaca púrpura, que leí el verano pasado, y de Tribus, un libro que me va a interesar leer.
Según Godín, hoy el marketing va de engancharse con la tribu, y de entregar productos y servicios CON HISTORIAS que se difunden. Definitivamente, me interesa ya.
Para él, toda tribu es un canal mediático, como lo eran antaño los periódicos, las teles, las radios, que se mueve por 6 principios
- transparencia
- solidaridad
- crecimiento
- colaboración
- exclusión (de aquellos que no pertenecen)
- y desarrollo (apoyando el desarrollo de los que sí pertenecen),
y que tienen 5 elementos:
- un manifiesto,
- un mecanismo fácil para la conexión de nuevos miembros
- un mecanismo de interconexión de los miembros,
- la idea clara de que la cosa no va de dinero,
- y una forma de evaluar los progresos.
Yo lo leo y me vienen a la mente los amantes de las Harley, o del 600, o del mini, o los clientes convertidos en fans y apóstoles de la manzanita. Por alguna extraña conexión neuronal, tal vez tengo una ruta imperfecta, he conectado de nuevo con el movimiento «aprendemos todos».
Hace un par de semanas escaso, el 26 de Julio, me volví a encontrar con Marina y Jaime en un acto que era encuentro y despedida, ya que se celebraba el cierre del espacio abierto de la fundación Tomillo, qué extraño juego de palabras, con el que estaba interesado en colaborar. Como no tenía vida previa allí no sentí pena. Simplemente pensé que esa era una puerta que no se iba a abrir para mí. Allí charlé con Marina, ofreciéndole mi apoyo para reactivar la comunidad, una palabra que para mí tiene más sentido que tribu, de aprendemos todos. Y me acuerdo de Javier Estefanía, amigo con el que he compartido ayer comida y charla, según el cual estamos cerrando los viejos lazos (mi sangre, mi religión, mi tribu), y para crear nuevas formas y espacios de vinculación personal.
En eso estoy, charlando por skype con Carlos, y me dice que él no está este año, recién aterrizado en Kansas City, Missouri, en búsqueda de nuevo trabajo y desarrollo profesional, para actividades non profit. Me hace gracia escucharle después de la aventura del año pasado con Prepárate Madrid, evento, como los fuegos artificiales, en el que colaboramos como voluntarios con una alta implicación.
Me quedo pensando que es cierto. Es muy diferente el evento, el fuego artificial, del desarrollo en el día a día de la iniciativa (el tran tran del tren). Y le animo a Carlos a ser de nuevo voluntario, qué bonito es ser voluntario, y apoyar «aprendemos todos» desde un blog que no llegó a activarse mucho, y crear de nuevo comunidad, desde las ideas (los valores), con historias pequeñas del camino (a modo de comportamientos observables, observados y compartidos). Vamos hablando de posibilidades, 2 familiares ligados con el mundo de la educación, una relación con su hermana y su cuñado que actualmente residen en México DF, un congreso en el que, por casualidad, se ha apuntado para la semana que entra, en el que se trabaja el eje Canadá, EUA, México, en ámbitos de negocio (full profit) y de sociedad (non profit).
Me acuerdo de las 3 esferas de la triformación social (el viernes me junté a comer con mis compañeros del curso pasado, liderado por Luis Espiga), y la separación de las tres esferas, legislativa, social y económica, con las tres leyes que le son propias (igualdad, libertad y fraternidad), y pienso que bien podemos hacer cosas aquí y allá. Aquí (en España) y allá (EUA y México), full profit y non profit.
Le dibujo un escenario de posibilidad a Carlos, que pasa en el corto plazo por el non profit y aprendemos todos, para mover una tribu en el tran tran del tren con su ayuda, y un escenario full profit con el tran tran del tren (y el cuentacuentos) aplicado en organizaciones de su nuevo entorno vital en los estates, gracias por la geolocalización, Carlos.
Y empezamos a dibujar nuevos escenarios juntos. En uno, tan bonito como interesante, nos juntamos estas navidades en Distrito Federal, con su hermana y su cuñado y con mis hijos. Y aprovechamos para una segunda ronda comercial (y lo que pasa 2 veces volverá a pasar una tercera) en México.
Desde luego es maravilloso este nuevo espacio de posibilidades. Entro en Google y me pongo a trazar rutas que llevan (Canadá – EUA – México) y traen (México – España) de aquí para allá, como he hecho para estas vacaciones de agosto. Pienso en un mundo en el que el full y el non son compatibles, un mundo en el que las organizaciones se abren al concepto de la fraternidad, y en el que el espacio y el tiempo no son tan importantes. Sin querer, mi mente se ha echado al mar. Estoy creando nuevas realidades, nuevos espacios de posibilidad, navegando de aquí para allá, y pienso en una nueva ruta comercial a abrir. Una imagen de un barco me acompaña. Lógico, si tengo que cruzar el mar.
Y apuro el tiempo mientras preparo la mochila del viaje. La semana que viene me tomo vacaciones, para juntarme a una singular escuela de verano. Se trata de una escuela de padres. Un poquito el mundo al revés. Un montón de adultos que nos juntamos para ser niños… otra vez.
Si te parece bien, mañana te hablo de la iniciativa de «aprendemos todos» que tiene lugar la semana que viene en Prado Luengo, Burgos.