navego por internet, y mis pasos me llevan a Barcelona, ciudad mediterránea. En lo alto de un hotel, con vistas a la Sagrada Familia, me siento a escuchar una entrevista preciosa. Una entrevista en la que Edita nos cuenta de las tres huellas que deja un jefe (esa persona que ostenta el rol de jefe) entre sus colaboradores, las personas que forman parte de su equipo, la huella pétrea, la huella ambarina y la huella líquida. Una entrevista cargada de sentido común, de sencillez, de buen humor, de cercanía en el trato.
Edita nos va desgranando poco a poco los 3 elementos fundamentales, como el perejil, en el liderazgo inspiracional:
– el respeto,
– el reconocimiento,
– y un marco de referencia.
Re-re-re-quete sencillo, re-re-re-quete potente, re-re-re-quete profundo, siempre desde las premisas en las que fundamenta su quehacer:
– las personas somos buena gente,
– y todo jefe, intenta hacerlo lo mejor posible.
Pero, casi mejor, te dejo con la entrevista, que luego volvemos.
El liderazgo inspirador y la huella líquida, Edita Olaizola.
Todos trabajamos o trabajaremos y es una parte importante de la vida. Tan importante que nos puede hacer más felices, nos puede llevar a la desgracia o por lo menos a rebajar los niveles de bienestar.
7:20 Y eso tiene mucho que ver con las relaciones que se establecen dentro de la empresa. Relaciones que establece el jefe o el responsable de un equipo de trabajo.
Tenemos alguien que hace el papel de jefe. Y digo que alguien hace el papel de jefe porque nadie es jefe.
8:10 también hay un par de supuestos básicos que subyacen:
– Las personas somos buena gente. Por lo general, no nos dedicamos 8:32 a machacar, fastidiar, incordiar y molestar a los demás. Nos gusta tratar bien, que nos traten bien, y vivir en un ambiente distendido. Eso es bueno porque ayuda a que salga la creatividad, lo mejor de nosotros, eso ayuda a que la persona sea mucho más feliz en el puesto de trabajo, y además consiga mejores resultados, cosa que agradecen siempre las empresas.
– Las personas que somos buenas, cuando nos ponemos la gorra de jefe, lo intentamos hacer lo mejor posible.
En el vídeo, Edita nos acompaña en la historia de desarrollo de un jefe, que comienza con la huella pétrea (10:55), esa que es antigua y profunda, ese jefe que empuja.
Nos habla de ese jefe que está aprendiendo a ser jefe. No ha tenido la oportunidad de dirigir un equipo, y ante la situación nueva, “¿y yo qué hago?” decide empujar, “ Venga, venga, venga”, y mientras el jefe está empujando el trabajador está resistiendo, Tú manda y yo obecezco, y el jefe está dejando una huella en el empleado. Y no se consiguen los resultados apetecidos. En una fase posterior podemos investigar qué es lo que ha ocurrido, qué sentimientos hay ahí dormidos, que están provocando comportamientos no adecuados (en los miembros del equipo) para la consecución de los objetivos. Y cómo vive él (en su papel de jefe) esa situación de resistencia, que a él también le afecta. A su bienestar y a su rendimiento.
Y del jefe que empuja y la huella pétrea pasamos a la huella ambarina (17:40) y al jefe que arrastra. Ven, trae ese proyec to que vamos a hacer entre los dos, ven que yo te ayudo, cuenta conmigo, mi puerta está abierta. Un jefe mucho más versátil, menos profundo, no acaba de gustar, pero no molesta tanto. Con ese jefe, paso de la resistencia al acomodo. Como ya sé que me los va a pedir, revisar, … Un jefe que coarta un poco el desarrollo del equipo, y que es su papel de Yo superviso, insecto o ramita central incrustada en el ámbar… permite hablar más de tú a tú con la persona, y otro tipo de comunicación
Y esta persona, en el rol de jefe, pasa finalmente a la Huella líquida (23:50) y al jefe inspirador
Un jefe que da a los miembros de su equipo la oportunidad de expresarse y dar lo mejor de sí. “A mí no me pagan para trabajar, sino para que las personas consigan resultados”.
Un jefe que es como el agua, la tierra lo va absorbiendo, no se ve, pero está, crecen las plantas, penetra y fructifica, pero no se ve.
“Somos personas que tenemos un proyecto común y juntos lo vamos a conseguir, somos capaces, y eso se traslada a todos los ámbitos de la vida”.
30:00 un líder que es capaz de respuesta en función de cada una de las personas
Con suficiente cintura para marcar directrices generales que son de cumplimiento, pero en el acompañamiento, en el sugerir, en el acomodar, para que se llegue a ese resultado, tiene que aplicar diferentes técnicas en función de la respuesta de cada una de las personas. Diferentes en conocimientos, en experiencia, en predisposición, en habilidades, en todo. Una cosa tienen en común, que juntos van a conseguirlo.
33:50 ¿cómo se inspira? si tuviera la receta sería millonaria. No soy millonaria, luego no tengo la receta. Pero sí puedo ir comentando qué cosas se pueden ir haciendo…
compromiso es el vínculo entre la persona que hace la función de jefe, y las personas que forman parte del equipo
35:00 ¿Cómo se puede conseguir el compromiso? Hay muchas fórmulas. A mí me gustar hablar de las tres erres. Que son el respeto, el reconocimiento y la referencia.
1 el respeto porque a todos nos gusta que se nos respete. Si yo soy buena gente y trato con buena gente, lo mínimo es el respeto. Es el punto de partida básico. Saber escuchar, saber relacionarse de forma de no provocar agresiones, … saber recibir, es importante que la otra personas se encuentre reconocida como persona, no como un número.
35:50 recoconida, pero reconocida de verdad. No qué bueno es Pepe o qué buena es María. No. REconocidad de verdad. Poniendo de relieve los logros, poniendo en relieve los comportamientos que ayudan, los comportamientos que acompañan, que enriquecen, reconociendo cosas concretas, dando publicidad a los éxitos, reconocida de verdad, y no bla, bla, bla, y con frases estándar.
36:13 y la tercera r es la referencia. Hay que tener un marco de referencia, porque si yo a las personas que tengo en el equipo les digo, “venga trabajar que todos somos muy buenos”, … Tiene que haber un marco, que diga qué cosas se pueden hacer, qué cosas no se pueden hacer, o cómo cómo convendría hacer las cosas. Porque como cada uno tenemos nuestra cabeza y cada uno tenemos nuestro corazón, se puede formar ahí una cosa mixta muy difícil de gestionar.
Poner en claro hasta dónde sí, y hasta dónde no, y de qué manera
37:50 Yo puedo aceptar a mi jefe ciertos comportamientos, y puedo no aceptar ciertos reconocimientos, desde el respeto, desde el reconocimiento,
Yo soy muy dueña de decidir qué cosas voy a aceptar y qué cosas no voy a aceptar. De mi jefe, de mi subordinado, de mi marido, del vecino,
Poner tus límites.
No es casualidad que las personas nos tratan como nosotros estamos diciéndoles que nos traten. Si yo le doy permiso para que me maltrate, mi jefe me maltrata. Si yo maltrato, estoy dando permiso para que me maltraten. Pero si yo no maltrato, y no permito que me maltraten, costará, pero poco a poco irán recibiendo el mensaje “ojo, a Edita no le gusta que le maltraten, y normalmente reacciona haciendo tal, tal y tal, no me conviene, voy a intentar hacerlo de otra manera. Y entramos en un proceso de respeto.
Sigue la entrevista y Edita recibe un halago de una oyente de la entrevista que la pone por las nubes, como un ejemplo de líder inspirador, y recibe una respuesta espectacular.
46:30 muchas gracias, me gustaría desvirtualizarte
Así lo vimos… con una espectacular cercanía.
Me río, y pienso que Edita es una persona genial. Amena, profunda, y totalmente cercana. Campechana, buena gente. Termina la entrevista poco a poco, la charla que versa sobre liderazgo, los tres pasos que sigue una persona en el desarrollo de su liderazgo, la huella pétrea o el jefe que empuja, la huella líquida, el jefe que tira, la huella líquida, el jefe que se filtra y nutre las plantas de su jardín, que no estando está en toda la vida que se desarrolla a su alrededor, y Edita comenta que en realidad está hablando de ética.
Efectivamente, nos ha compartido la ética de las relaciones, gracias a 3 erres: respeto, reconocimiento y referencia, 3 regalos desde su enorme humanidad, y una base preciosa, en la que las personas somos sustancialmente buena gente, y todos, los jefes y las personas de sus equipos, intentamos hacerlo lo mejor posible. Una base fértil sobre la cual construir.
Y como entramos navegando por Barcelona, navegando salimos de Barcelona, y diviso allá a lo lejos, mi primer trabajo, recién salido de la facultad de ingeniería, trabajando como consultor externo de organización en Nissan, allí enfrente, en la zona franca, a las órdenes de Jesús Calderón, un consultor senior que tenía esa forma tan particular de mandar, con ese ideario tan regio, en el que «el que pregunta se queda de cuadra» y «si mi abuela tuviera trole, no sería mi abuela», ay, Jesús, todo lo que aprendí. Muchas gracias por dejar en mi vida esa huella pétrea que me ayuda a apreciar tanto la huella líquida de Edita Olaizola.
Edita, gracias por tu regalo. Ojalá un día de estos yo también te pueda desvirtualizar.
Me he quedado sin palabras, Mikel. Se ve que el nombre de tu blog te va al pelo. Gran corazón. A ver si nos desvirtualizamos 🙂
Te quedo muy reconocida.
Un abrazo
Edita Olaizola