hay un momento en la vida (en realidad son muchos) en el que des-conectamos de nuestro camino, y de nuestro ser, generalmente es muy evidente, porque nos sentimos mal, muy mal,
donde antes había sentido ya no lo hay, donde antes había ilusión ahora escasea,
estamos innortados (sin rumbo), perdidos, des-esperanza-2,
el mundo alrededor se ha vuelto muy denso,
es el proceso de muerte entre los vivos, viviendo con ellos,
hasta que en un momento, en esa noche oscura del alma, volvemos a conectar, algo hace clic en nuestro interior, quién sabe qué es, en un proceso precioso que no nos pasa desapercibido,
es lo más parecido a la resurrección, el espíritu de nuevo conectado en el mismo cuerpo, creo que el concepto de re-encarnación es diferente, y trata del mismo espíritu en otra carne, en otro camino de vida, pero esa historia tal vez cabe mejor otro día,
en otro post,
que hoy bien nos va con pensar en resucitar… otra vez.
y pienso, tras este silencio reverente, en ponerle un poco de música al día,
y también me acuerdo de un grupo y una canción irreverente, en este año terriblemente par, abro comillas,
«creen porque la gente no habla más de mí,
que estoy más acabado que Antonio Machín,
dense prisa si me quieren enterrar,
pues tengo la costumbre de resucitar,
y salgo del nicho cantando,
y salgo vivo y coleando,
pero pasando, …
pasándolo bien, …»
lo dicho, buen pensamiento hoy éste de resucitar