mujeres en la luz

la teoría del P-A-n, Padre – Adulto – niño, del análisis transaccional, evoluciona hacia el hombre en la sombra, y el triángulo de Karpman, nos dejamos de leches y exquisiteces, yo estoy bien – tú estás bien, para qué, y nos regodeamos en nuestros bajos instintos.

se adueña de nosotros el temor, el miedo, que es la energía más baja que existe, el opuesto del amor, y somos presos de las resistencias, convertidas en apegos, y del control, que se convierte en ira / rabia e insatisfacción.

sí, nos estamos conociendo desde nuestra sombra, y nuestros chakras más terrenales, el 1, el 2, el 3, y aparecen 3 figuras terribles, el Perseguidor, la Víctima, y nos menos terrible, el Salvador.

el Perseguidor busca poder, y utiliza la crítica, la Víctima busca ayuda, y utiliza la queja, el Salvador utiliza la ayuda, y busca el re-conocimiento, te va a ayudar, pero no es una ayuda limpia, de corazón, busca vuelta.

en este triángulo perverso, en el que el que más dolor introduce es el perseguidor, los círculos son viciosos y adictivos, porque cada uno obtiene su alimento, ya sea sensación de poder, de desvalimiento o re-conocimiento.

se retro-alimenta, y va a más, la víctima se queja y provoca al perseguidor, que puede actuar como tal, y llega un momento que hasta el salvador ata a la víctima a su situación, si hay un atisbo de mejora, «si tú no eres víctima, ¿para qué valgo yo?»

hasta que uno de los 3 sale del triángulo de perdición, el hombre en la sombra, y da un paso adelante, con la ayuda y el ejemplo de conductas y comportamientos no representados aquí.

así, el perseguidor, que es básicamente un padre crítico, sale del juego con el ejemplo y la presencia del Adulto, que le regala con su ecuanimidad, con su saber estar, con su trato poderado y justo, con su buen trato, serenidad y calma de ánimo.

yo soy en vez de yo tengo (la fuerza, la razón, el poder), todo un ejercicio a desarrollar.

en esa situación el salvador puede permitirse el lujo de evolucionar, librándose de sus cadenas, unas cadenas forjadas con eslabones de «dime lo importante que soy para ti», y se permite ejercer sus capacidades de forma incondicional,

yo soy escucha, yo soy empatía, yo soy tranquilidad, y las pongo a tu servicio, de forma incondicional, no hay nada que agradecer, nada que devolver, otro ejercicio a practicar.

y la víctima, un poco más suelta, sin el acoso del perseguidor y las exigencias de reconocimiento del salvador, se permite imaginar en un mundo sin maltrato, sin vejaciones, sin insultos, sin tantas y tantas trampas para la autoestima.

y pasa del mundo sin al mundo con, en un camino de re-conocimiento personal, ayudado por la imaginación del niño natural, pequeños recuerdos de valía que se refuerzan hasta convertirse en realidades presentes, brillantes y grandes, el tercer gran ejercicio a hacer.

un nuevo triángulo, de buen trato, de buena relación, en la que la persona adulta (yo soy) está presente, acompañada por las capacidades de su padre y madre protectora (papá y mamá), y de la imaginación y el juego de su preciosa niña interior.

podría ser más sencillo de explicar y dibujar, pero yo lo he entendido así, 1-2-3 abajito, 1-2-3 arribita, un juego de sombras perversas que se convierte progresivamente en un juego en la luz, y en una vida un poco mejor.

   así lo vimos…

todas las personas, hombres y mujeres, somos responsables de los movimientos que se dan en nuestras casas y en el trabajo, afortunadamente nunca es demasiado tarde para empezar, ¿alquien tiene un mechero, una cerilla, un chisquero?, cada una donde está.

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¿y por qué el título de «mujeres en la luz»?

si es verdad que estamos en una era femenina, la mujer tiene una doble responsabilidad, la de desarrollarse en un mundo con reglas masculinas, modificándolas, en su acceso al trabajo, y en casa, dando ejemplo de vida a la nueva generación, trabajando más en el compartir y acoger propio de la energía femenina, frente al tan conocido «divide y vencerás», o a la «ley del talión», «ojo por ojo, diente por diente»,  masculino.

porque si la mujer le gana al hombre en el juego de la guerra sólo hemos conseguido otro perseguidor +, más de lo mismo para no cambiar en el juego del TENER (más poder, más fuerza, más dinero, más razón), ese juego in-sensible al SER.